"Soñaba con un lugar donde nadie se quedara fuera de la mesa."
Por Manuela García, Fundadora de Milola.
¿Cómo surgió la idea de fundar Milola?
Milola es el resultado de mi experiencia personal, un viaje que comenzó hace 29 años en Londres cuando me diagnosticaron diversas alergias alimentarias mientras me preparaba para ser Profesora de Técnica Alexander. Desde pequeña, había lidiado con una salud frágil, marcada por dolencias y alergias que parecían no tener explicación ni solución más allá de la medicación.
Un médico en Londres cambió mi vida al eliminar de mi dieta el gluten, los lácteos y varios otros alimentos. Hoy, esto podría parecer complicado, pero quiero que imaginen lo que significaba hace 29 años: No había internet, ni Google, ni etiquetados que nos orientaran sobre estos temas. La oferta en el mercado era casi inexistente, y lo poco disponible en la sección “free-from” del supermercado era poco menos que incomible.
Mientras estudiaba, trabajaba en una pastelería francesa en Chelsea. Todo era delicioso, pero nada era apto para mí. Pasé largas horas en bibliotecas tratando de entender qué era el gluten y cómo podría evitarlo. Recorrí Londres explorando los alimentos de distintas culturas, buscando cereales naturalmente libres de gluten. Así, descubrí el sorgo en la comida hindú, la quinoa y el mijo en la cocina latinoamericana, el teff en la gastronomía etíope, y por supuesto, el arroz, tan presente en nuestra cocina mediterránea y asiática. Y aprendí a usar tapioca, sarraceno, y fibra de psyllium.
Comencé a experimentar en la cocina, y tras numerosos fracasos, logré combinar estos cereales para crear las texturas y sabores que buscaba.
Aunque comer fuera de casa se volvió casi imposible y la vida con estas restricciones era desafiante, nunca lo vi como una desgracia. Mi salud mejoró de inmediato, lo cual fue un gran motor de motivación. Además, me fascinó el reto de aprender a cocinar con nuevos ingredientes. Se abrió ante mí un mundo lleno de sabores y texturas que me resultó apasionante. Tengo alma de investigadora, y esta experiencia parecía hecha para mí.
Así nació la idea de Milola, un lugar donde nadie se quedara fuera de la mesa, donde todo el mundo pudiera disfrutar de una comida sana, nutritiva y deliciosa en un entorno inclusivo y bello. Un lugar donde cada visita fuese una experiencia de calidez, cercanía y, por supuesto, sabor.
El alma mediterránea de Milola.
Nacer en el Mediterráneo ha moldeado mi vida de manera inconfundible. Crecer en una familia numerosa, donde los niños y una cocina llena de vida son el centro del hogar, me ha enseñado que la comida es la forma más esencial de expresar alegría por la vida y amor hacia los demás.
Cuando descubres que no puedes comer ciertos alimentos, experimentas de primera mano lo que se siente al ser excluido de una mesa generosa. Es como si, de repente, el color desapareciera de tu vida. Esto, para mí, fue absolutamente inaceptable. Y esa sensación de exclusión fue mi mayor motivación.
También te das cuenta del impacto que la comida puede tener en la vida de una persona. Estos dos factores —la inclusión y el poder transformador de la comida— son el motor que impulsa a Milola. Observé a mi familia y a todos los niños que nos rodeaban, y sentí la necesidad de cocinar alimentos que equilibraran el placer y la indulgencia con la nutrición. Solo quiero en mi cocina ingredientes que respeto profundamente.
Soy, decididamente, mediterránea. Acepto mis contradicciones: querer tener buena salud, cuidar la línea, disfrutar de la vida, darme un gusto y celebrar los frutos de la tierra y los placeres gastronómicos. Para ser sincera, no creo que estas contradicciones sean solo mías; creo que son universales. Y entro en mi cocina cada día con ello en mente.
¿Qué productos elaboramos en Milola?
¿Quiénes son nuestros clientes?
En la cafetería ofrecíamos una extensa variedad de cookies, brownies, blondies y muffins, todos sin gluten, sin lácteos e integrales. Además, contábamos con una deliciosa gama de pasteles que eran famosos en toda la región. Honestamente, creo que ofrecíamos los mejores pasteles de país. Todos sin gluten y sin lácteos, excepto el Red Velvet y el Carrot Cake, que llevaban una crema de queso y agave. También elaborábamos un pan sin gluten, fermentado lentamente durante dos días, que era simplemente exquisito. Ahora, en el nuevo obrador, estamos concentrados en la distribución de nuestra gama de galletas.
Milola tiene los mejores clientes del mundo. Desde que abrimos nuestra primera tienda en Mataró, hace ya 14 años, creamos relaciones estrechas y cercanas con ellos. Era como una familia extendida. Lo que ocurrió en esa tienda fue mágico; el sueño de crear un lugar donde nadie se quedara fuera de la mesa se hizo realidad. La felicidad de nuestros clientes era palpable, y ver cómo personas de diferentes lugares venían solo para vivir la experiencia Milola fue algo profundamente emocionante. Los fines de semana había un verdadero peregrinaje de familias de todo el país para pasar el día en Milola.
Hoy, con un obrador de mayor capacidad en Mataró, estamos enfocados en la distribución para que nuestros productos lleguen al mayor número posible de personas. Nuestros clientes buscan lo mismo que nosotros: todo. Quieren disfrutar de la gastronomía, de los momentos compartidos en la mesa con familiares y amigos, cuidar su salud y su línea, y disfrutar de la vida sin renunciar al placer. Y eso es exactamente lo que Milola les ofrece.
¿Qué representa Milola hoy y qué nos hace diferentes?
Para nosotros, Milola supone un cambio de paradigma. Nos reconciliamos con esas contradicciones que todos tenemos, de querer disfrutar del placer y, al mismo tiempo, cuidar de nuestra salud. Buscamos siempre el equilibrio entre estos dos polos.
El consumidor actual es más sofisticado y consciente que nunca. Sabe lo que quiere, y aprecia productos que ofrecen una experiencia completa de belleza y emoción. En el corazón de Milola está el deseo de vivir una vida plena y deliciosa, eliminando barreras y creencias limitantes. Queremos construir puentes, incluir a todos, y asegurarnos de que nadie se quede fuera de la mesa generosa, porque eso es quedarse fuera de la vida.
¿Qué ingredientes utilizamos?
En Milola utilizamos solo los mejores ingredientes: almendras, avellanas, frambuesas, arándanos, cítricos de la huerta valenciana, zanahorias de agricultores locales del Maresme, semillas de chía y linaza, cereales integrales sin gluten como el sorgo, mijo, sarraceno, teff, arroz y tapioca. También usamos fibra de psyllium, aceite de oliva y de coco, y agave ecológico. En nuestro obrador no tienen cabida las grasas trans, aceites hidrogenados, ni ingredientes GMO. Nunca hemos utilizado aceite de palma ni azúcar refinado. Para nosotros, alimentar es una gran responsabilidad, y cocinamos por amor.
Elaboración artesanal con un toque moderno.
Nuestro proceso de elaboración es 100% artesanal. Incluso ahora, que hemos expandido nuestra presencia en el mercado de distribución, seguimos utilizando los mismos procesos, fórmulas e ingredientes que el primer día. Hemos sustituido nuestra kitchen aid por maquinaria más grande, pero el proceso no ha cambiado.
¿Dónde encontrar nuestros productos?
En la sección “Dónde encontrarnos” de nuestra web puedes encontrar todos nuestros puntos de venta. La actualizamos periódicamente. También tenemos tienda online propia.
¿Hacia dónde se dirige Milola ahora?
Milola es un proyecto a largo plazo. Actualmente, estamos enfocados en la distribución de nuestras cookies con su nuevo packaging en todo el país y explorando nuevas vías de internacionalización.
Después, queremos ir añadiendo el resto de nuestro catálogo: brownies, blondies, muffins, pasteles, panes, crackers y mezclas de harinas, que irán acompañadas de un canal online con recetas sin gluten, sin lácteos, veganas y plant-based.
Finalmente, queremos replicar la magia de nuestra primera tienda en Mataró en diferentes puntos del país. Nuestros clientes desean “hacer un Milola“, como ellos dicen: entrar en un entorno bello y disfrutar de los placeres de la vida sin remordimientos.